¿Qué significa disfrutar de la presencia de nuestro “Papito”?
“Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre” Mateo 12:50
¿A cuántos les ha pasado que no han arreglado las cuentas con Dios en la semana, y llega el domingo, y apresuradamente se pide perdón camino a la iglesia y al llegar a la puerta ya se está listo para unirse en oración y alabanza a los otros hermanos? Producto de esta actitud, muchas veces tomamos la preciosa sangre de Jesús como si cubriera temporalmente nuestras inmundicias, para así pecar una y otra vez. En lugar de amar a Jesús, hacemos uso de Él. Dios no quiere que lo usemos a Él como un seguro de protección contra el infierno. Él quiere una relación personal con cada uno de nosotros y no una religión. Él anhela ser un Padre para nosotros y que nosotros le conozcamos como tal.
Entrar en la presencia de Dios es estar en comunión con Él. Comunión significa intimidad con nuestro Padre celestial por medio de la cual expresamos nuestro amor hacia Él, descubrimos Su voluntad y la hacemos. Es entrar en la mente y el corazón de Dios mismo, para llegar a ser uno con Él y Sus propósitos. En este sentido, acercarse más a Dios para conocerle y hacer Su voluntad no es asunto sencillo. Muchos no entienden lo que esto significa porque a menudo carecen de una genuina revelación de Dios como Padre.
Cuando hablamos de ver al Señor como Papá, debemos obligadamente hablar de santidad, porque “sin santidad nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Jesús lo enfatizó: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8). Debemos ver a Dios en la vida diaria, en los pequeños detalles, tener una íntima relación de amor con Él y así entrar en Su presencia para conocerle cada día más profundamente. Si nos santificamos, entonces Dios mismo se manifestará a nosotros y en nosotros. Si tenemos fe en que Él hará lo que ha prometido, si somos puros en lo que hemos creído y en lo que hacemos, entonces veremos al Señor revelarse.
Santidad significa integridad. Dios es íntegro porque su esencia, lo que Él dice, y hace es lo mismo, no hay contradicciones en Su actuar. Cuando oramos debemos tener la misma integridad entre lo que decimos y lo que hacemos, porque esto también es santidad. Si queremos disfrutar a nuestro Papito, debemos ser claros en nuestros deseos de deleitarnos en Él y que Dios sepa que lo buscamos por lo que es y representa en nuestras vidas, porque anhelamos sentarnos en sus piernas, peinar sus cabellos, lavar sus pies, hacerlo reír, alegrar su corazón, contemplar su hermosura. Si le buscas con todo tu corazón, mente, pasión y atención, le encontrarás y te deleitarás en su presencia.
Dios busca hijos santos, porque Él es Santo, y nuestro trabajo es esforzarnos por asemejarnos cada vez más a Él, debemos ser una imagen auténtica de nuestro progenitor y de esta forma honrarlo en este mundo con nuestro testimonio de vida.
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