“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo…” (1 Pedro 2:4-5)
Al leer este pasaje bíblico podemos ver que Cristo mismo vino al mundo para establecerse como el fundamento de nuestras vidas. Aun sabiendo que sería menospreciado, El decidió venir a esta tierra para ser La piedra viva de nuestra vida. Muchas veces buscamos construir grandes edificios en nuestras vidas, anhelamos grandes metas y soñamos ilimitadamente, pero nada de esto tiene sentido, nada de esto tiene consistencia, si no es Cristo quien sostiene nuestras vidas.
La palabra de Dios dice que Jesús fue desechado por los hombres y esto es solo consecuencia de que el mundo no fue capaz de percibir con los ojos espirituales quien era realmente Jesucristo. Pero ¿Cómo podemos saber si es verdaderamente Cristo el soporte de nuestra vida y de todo lo que hacemos con ella? Dice este pasaje bíblico que cuando somos edificados como casas espirituales, pasamos a ser un sacerdocio santo, esto quiere decir que aquello que hacemos le da la gloria a Dios, lo bendice, lo exalta.
Es hora de examinar nuestras vidas y darnos cuenta si aquello por lo que luchamos o lo que anhelamos honra a nuestro Dios. De ser así, toda la gloria sea para Dios. Pero si aquello que atesoramos en nuestro corazón no bendice el nombre de nuestro Señor, nuestra labor es hacer lo primero que dice este pasaje; ACERCARNOS A JESUS, en el encontraremos el camino a seguir, en el podremos vivenciar el real propósito de Dios para nuestra viday podremos ser edificados y sustentados por nuestro Señor. El acercarse simboliza una acción, simboliza un hacer algo. Muchas veces nuestra vida se encuentra muy pasiva en este aspecto. Buscamos el socorro de Dios, pero no anhelamos conocer su corazón. Muchas veces requerimos urgentemente su ayuda pero no somos capaces de caminar por la senda que Dios escogió para nosotros. Acerquémonos a Cristo, sustentémonos en El, luchemos por nuestro propósito y alcancemos las bendiciones que nuestro Padre tiene para nosotros.
0 comentarios:
Publicar un comentario