“4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 »Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:4-5
Siempre me he sentido cautivado por las palabras expresadas por Cristo en el huerto de Getsemaní horas antes de ser entregado, por su relevancia y el significado que aquello tenía. una persona antes de morir se encarga que sus últimas palabras sean precisas e importantes, así es como veo esta situación, Jesús momentos antes de ser arrestado e ir a la cruz reúne a sus discípulos y les entrega el conjunto de lecciones a mi parecer más impactantes, y comienza esta enseñanza en particular diciendo “Yo soy la vid verdadera” El está diciendo Yo soy la fuente verdadera, Yo soy la influencia verdadera, es de mi de quien uds deben nutrirse y al decir que es la vid verdadera es porque existen vides falsas. Como hijos de Dios debemos siempre analizar toda la información e influencia que estamos recibiendo la palabra nos enseña “retener lo bueno, desechar lo malo” nuestra fuente debe ser Cristo, debe ser su palabra, debe ser nuestra intimidad con Dios no importa lo que diga el medio que nos rodea ni lo que nos diga la situación que enfrentemos, Dios no se equivoca ni su palabra, eso implica permanecer en El. Pero Jesús les dice a sus discípulos si uds se alimentan de mi entonces no serán simples pámpanos (ramas) les dice sus vidas llevaran fruto, un fruto acorde al alimento que el Señor nos entrega y es algo que recalca mucho en esta enseñanza Jesucristo una regla Permanecer en el Llevar fruto, y es que el reflejo de nutrirse de Dios es siempre fruto en nuestra vida, somos llamados a permanecer en El y a llevar fruto las dos cosas se complementan y no se puede obtener resultados a falta de una, si quieres ver el respaldo de Dios en tu vida permanece en EL, si quieres que te ayude en un problema, permanece en EL, si quieres que intervenga en tu vida permanece en EL. La conclusión más amplia que puedo dar a este tema está en las propias palabras de nuestro Señor Jesús “separados de mi nada podéis hacer”.
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