Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Santiago 5 17-18
Cuando hablamos de someter nuestros sentimientos y nuestra alma con sus emociones, no es lo mismo que cualquier religión, que son básicamente ritos y tradiciones. Rendirnos a Dios con todo nuestro ser, nuestras emociones, estados de ánimo, etc tiene un fin mucho más profundo. Dios dice en su palabra Colosenses 2 20-23 sobre la religiosidad “…Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne…”.Tú no estás en la tierra para decirle NO a muchas cosas y ser solo una buena persona, sino que nos guardamos para Dios para encontrar en El nuestra vida que está escondida, con toda la plenitud de Dios en nosotros.
Ese es el hermoso misterio de la Palabra de Dios, Dios te llamó, El te escogió, Te eligió, Dios mismo señaló tu vida como preciosa.
Eres la persona indicada que Dios anda buscando. Sí, con todas tus debilidades eres la persona por la cual Jesús pagó el precio en la cruz.
Vemos en Santiago 5 17-18 que Dios nos habla sobre la vida de un hombre de Dios usado de manera singular en la palabra y en los hechos. Ese era Elías, profeta de Dios, instrumento en las manos de Dios, El profeta del Fuego, El que dijo ¡vive Jehová en cuya presencia estoy! Y su palabra no caía en tierra, siempre tenía el respaldo del Rey de Reyes y Señor de Señores. Este versículo no es la excepción de la forma en que Dios uso al profeta tisbita, indicándonos que las palabras de Elías tenían poder no por él, sino por el Dios a quien conocía y a quien servía. Una de las cosas que el debió hacer para conocerle fue someter sus emociones y sentimientos y entregarlos a Dios, donde estaba escondida su vida y así vivir en su presencia. De esa forma podía tener siempre un fresco Esto dice Jehová en su boca.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, ¿pero sabes cuál fue la clave de su éxito?, Su ánimo no lo paralizó, siguió orando, siguió estando en comunión, no como un rito sino que rindió sus pasiones, sus sentimientos, emociones y toda su alma a Dios…y Dios obró.
¿Donde debes rendir tu alma a Dios hoy, donde necesitas que el fuego de Dios queme tu vida? Dios puede obrar en tu vida de una manera tremenda. Es la decisión que necesitas para descubrir la vida escondida en Cristo que ha sido reservada para ti.
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