"EL
AMOR QUE EXCEDE TODO CONOCIMIENTO"
“Para que
habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos
cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el
amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda
la plenitud de Dios” Efesios 3:17-19
Hay
una necesidad dual, básica y fundamental, propia y característica de la
naturaleza humana: la necesidad de amar y de sentirse amado. Nadie en la
tierra, por más que lo intente, por más que se esfuerce, podrá en manera alguna
suplir tal necesidad. Solamente Dios, el Alto y Sublime, el Magnífico en
santidad y quien es AMOR, tiene tal
potestad. Fuimos creados a su imagen y semejanza, con el propósito de que, como
criaturas amadas suyas, mantengamos con El esa relación de amistad y unidad
necesarias para que podamos disfrutar del amor que El nos ofrece; la única
fuente de amor verdadera esta en Dios y sus hijos la
podemos vivir por medio de Jesús la
Vid verdadera, Juan 15:1 dice: “Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre el labrador”. La palabra “vid”
viene del término celta “vitis” que significa conocimiento. Jesús
está diciendo aquí: “Yo
soy la vid, yo soy el conocimiento.” Cristo vino a darnos el
conocimiento del Padre y además nos enseña la forma en la que podemos llevar
este conocimiento a otros.
Cristo es la Vid verdadera, nosotros somos
los pámpanos (las ramas) que debemos llevar el fruto, es decir mostrar la
verdadera esencia de nuestro Dios, no existe ninguna otra forma de dar fruto,
si no es vivir pegado a la fuente de la vida y el conocimiento, como explica
Juan 15:5, debemos permanecer en El, porque separados de El nada podemos hacer.
El mayor deseo de Dios
expresado en estos versículos es que conozcamos a Cristo, nos aferremos y
permanezcamos en El, para que así seamos llenos de su plenitud y así demostrar
la verdadera insignia de los hijos de Dios que es el Amor, un amor que acciona,
que es universal, sin límites, que no es egoísta (Amor aghape) que se mueve
diferente al amor humano.
No perdamos más tiempo, no
somos personas individuales, sino somos pámpanos pegados a la Vid verdadera y cuidados por
el Labrador. Lo tenemos todo para manifestar a Dios y para alegrar el corazón
del Padre.
“Mi
Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos”. (Juan 15:8 NVI)
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