Tiempo con Dios
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de
malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha
sentado; Sino que en la ley de Jehová
está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Salmo 1: 1-2
El Espíritu Santo
utiliza la Escritura para hablarnos directamente. Nos dice con claridad:
“Quiero hacer esto, eso y aquello en tu vida. Si me permites obrar, no habrá
límite a lo que pueda hacer a través de tu vida”.
¿Qué es lo que Dios
te ha prometido? ¿Has pasado suficiente tiempo en su presencia? ¿Estás
permitiendo que el Señor te hable? Deja que a través del Espíritu Santo, la
Biblia y ciertas circunstancias o por medio de algún otro miembro del cuerpo de
Cristo, Dios muestre el plan que tiene para ti. Él tiene un gran plan, que todo
el mundo le conozca y con seguridad te tiene a ti incluido en ese plan, porque
eres su hijo y ya tiene obras preparadas de antemano para que tú hagas. Déjate
guiar por la Palabra de Dios.
El quiere revelarse
a tu vida, mostrarte los planes que ha hecho para ti, guiarte a los propósitos
por los cuales te salvó, Él quiere usarte para que su reino de amor se
extienda. ¿Estás dispuesto a hacer la voluntad de Dios para tu vida? O ¿sigues
insistiendo con llevar a cabo tus propios planes y no tomar en cuenta el
parecer de Él?
Dios tuvo un
encuentro con Jacob; se le reveló y le hizo formidables promesas personales.
Dios hizo promesas similares también a otros, antes y después de Jacob, pero
esta era la hora de Jacob. Jacob a solas con el Señor.
¿Has tenido un encuentro con
Dios?
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