“Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay
pensamiento que se esconda de ti”. Job 42:2
Es increíble la forma de cómo Dios nos habla, pero
a veces es aun más increíble que percatándonos que Dios nos está hablando,
nosotros no queramos ponerle atención y mucho menos obedecer su voz.
Estoy seguro que los últimos días Dios te ha estado
inquietando a que tengas más intimidad con El, a que dediques un tiempo a solas
con El. Y quizás las últimas semanas han sido de un afán tremendo para tu vida,
has estado ocupado en todo, menos en lo más importante, estar con tu Dios. Y es
que en algunos momentos pareciera que lo de tu alrededor, tus tareas diarias,
el afán que te gobierna te hace que te olvides que también tienes una relación personal
con aquel que cambió tu vida y le dio un verdadero sentido.
A veces nos preguntamos del por qué ya no sentimos
lo mismo, del por qué ya no me dan ganas de orar, de leer la Biblia, de cantar o
hasta congregarnos, sin percatarnos que poco a poco hemos ido sustituyendo esa
relación personal que teníamos con El, por las diferentes tareas que todos a
diario nos toca realizar. Pero muy en el fondo tú sabes que necesitas de Dios,
tú sabes que necesitas tener un tiempo con El, tú sabes que has estado aplazando
bastante tiempo ese encuentro que El quiere tener contigo.
¿Cuánto más tardaras?, ¿No crees que se te está
olvidando algo?
Tú y yo sabemos que se nos está olvidando algo, se
nos está olvidando que la fuente de nuestra vida y fortaleza esta en el Señor,
se nos está olvidando que dependemos de Él, porque separados de El nada podemos
hacer. Se nos está olvidando de que cuando confiamos en El y cuando depositamos
nuestras cargas en El, Dios es Fiel en cuidar de nosotros.
Se nos está olvidando que también tenemos que
apartar un tiempo para El, que también El se merece mayor atención que
cualquier otra cosa que nos está robando tiempo. Se nos está olvidando que en
algún momento de nuestra vida hicimos un pacto con El, una promesa que hasta la
fecha no hemos cumplido, se nos está olvidando, que El jamás nos olvida, pero
que nosotros si lo estamos olvidando y hasta sustituyendo.
Sabemos
muy bien que necesitamos estar a solas con Él:
¿Qué esperas?, no hay nada más lindo que estar en a
solas con El, no hay nada que pueda ser mejor que experimentar los minutos más
hermosos que podamos tener junto a Él en medio de un día de mucho afán. Tú lo
necesitas, tu vida lo necesita, date un tiempo, has todo tu afán a un lado y
dedícale unos minutos al Señor, estoy seguro que El tiene mucho que decir y
mucho que escuchar.
Dios te está esperando, El anhela tener hoy una
conversación contigo.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra
vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué
habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido?, Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más
que ellas?” Mateo
6:25-26
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