“¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo? Sólo el de manos limpias y corazón puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos” Salmos 24:3-5
¡Qué preguntas tan fuertes! Hemos leído muchas veces en el Antiguo Testamento que las personas que tuvieron un encuentro con Dios, no soportaron estar en su cercanía y no cualquiera podía hacerlo; había condiciones para ello. Hoy las condiciones son las mismas; lo único que cambió es que a través de la sangre de Jesús, todos tenemos libre acceso a Dios. Veamos las cuatro condiciones para tener este encuentro:
1.- Manos limpias: ¿Dónde estás poniendo tus fuerzas? ¿Estás metido en las cosas del mundo o usas tus dones y talentos para las cosas de Dios? ¿Tus manos son de bendición para otros o solamente trabajan para ti? Tener manos limpias significa que están trabajando para Dios.
2.- Corazón puro: ¿Entregaste tu corazón por completo al Señor? o ¿te guardaste algunas cosas a las cuales Él no tiene acceso? De nuestro corazón nacen las cosas malas, por eso tiene que ser limpiado y entregado a Dios, para que sea purificado cada día más.
3.- No adorar a ídolos: Quizás hay algo en tu vida que te importa más que Dios. Un deporte, una carrera, el dinero. Cualquier cosa que sea más importante que Dios se convierte en un ídolo. Coloca a Dios y sólo a Él en el primer lugar y centro de tu vida.
4.- Jurar por dioses falsos: En otras traducciones dice “jurar con falsedad”. ¿Cuántas veces nos pasa que no decimos la verdad e inventamos cosas que no son? Es claro que cada vez que mentimos, perdemos nuestra comunión con Dios. Él no soporta la mentira.
El salmista nos promete, que si cumplimos con estas cuatro condiciones, vamos a recibir bendiciones del Señor y Él hará justicia para nosotros.
Entonces la pregunta es ¿estoy en condiciones para un encuentro con Dios?
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