lunes, 18 de abril de 2011

Solo Jesús es suficiente para nuestras vidas

“Y hallándolo al otro lado del mar, le preguntaron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre, porque a este señaló Dios, el Padre”. Juan 6:25-27

Una gran multitud de gente había visto a Jesús hacer un milagro el día anterior. Él había dado de comer a más de cinco mil personas con cinco piezas de pan y dos pescados. Esto causó gran impresión en la gente, la cual al no encontrarlo, lo buscaron, hallándolo al otro lado del mar y con curiosidad le preguntaron: « ¿Maestro, como llegaste aquí?»

Preguntaron esto porque ellos sabían que Jesús no se había ido en el barco con sus discípulos al otro lado del lago (v. 22). Juan relata en v. 16-21 como Jesús caminó encima del agua al barco de los discípulos. Pero Jesús no escogió vanagloriarse acerca de su habilidad de caminar encima del agua y no contestó su pregunta, pero cuestionó su razón por seguirle: «porque comieron pan hasta llenarse» (v. 26). En otras palabras, la gente estaba más preocupada con la condición de sus estómagos que la condición de sus corazones. La  gente aquí solamente estaba mirando a primera vista (en apariencia), las cosas que podían ver  y no a las necesidades espirituales de la vida. Jesús sabía esto y trataba de abrir sus ojos espirituales para ver más allá sus necesidades físicas.

La mayoría de la gente en la vida es como la multitud. Ellos están preocupados principalmente del aquí y ahora, con las cosas de este mundo, con las necesidades físicas y emocionales, aun los que dicen ser hijos de Dios buscan la bendición, lo que se puede ver, mas que al Dios de la bendición.

Jesús dejo algo claro: el que quería seguirlo debía ser porque sabia y conocía quien era ÉL, no por lo que hace sino por lo que ES.

«Yo soy el pan de vida» declaró Jesús. «El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca mas volverá a tener sed.... Yo soy el pan de vida. Vuestros Padres comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron. Pero éste es el pan que baja del cielo; el que come de él, no muere. Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.» Juan 6:35, 48-51

Pero la gente aun no entendía. ¡Ellos querían otro milagro!...no seamos como estas personas, que teniendo a Jesús mismo cerca de ellos prefirieron saciar su hambre natural. Jesús trata de explicar que SOLO Él es quien sacia nuestra vida y que SOLO Él es suficiente para tener vida en abundancia, vida eterna, una vida saciada en todas las áreas de nuestra vida.

“Él que se acerca a Jesús y va a Él, no necesita seguir buscando satisfacer su alma, ni su cuerpo con otras cosa por que en Él son saciadas todas nuestras necesidades”.

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