“…Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús...” Filipenses: 3:13-14
Cada uno de nosotros, en mayor o menor grado a logrado ciertas metas personales, tanto en lo espiritual, familiar, profesional, académico, sentimental, etc. Así también todos nosotros tenemos desafíos y nuevas metas que enfrentar este nuevo año que comenzó.
No consumas tu futuro alimentándote de tu pasado, ni menosprecies tu pasado, es lo que Dios usará para su gloria pues Él anhela cumplir sus propósitos contigo. Una vez leí que debíamos aprender a sacar provecho del pasado para invertir en el futuro, sin que nuestro pasado nos sepulte nuestras metas.
Dios tiene contigo grandes cosas, quizás ya hayas cumplido algunas etapas en tu vida o has entrado recién en un desafío en cualquiera sea el área de tu vida que haya sucedido. Ten confianza, Dios está de tu lado. Lo que tenemos que hacer es enfrentar estos desafíos tomando lo mejor de lo vivido, mirando hacia adelante. Hay nuevos sueños solo para ti de parte de Dios.
Nunca dejemos de ser agradecidos o de reflexionar sobre nuestro pasado para extraer lo mejor, anhelando siempre algo más en Dios.
Medita sobre esta frase“…El fracaso espera a la vuelta de la esquina a quienes viven de los éxitos y fracasos del ayer..." (John Mason).
Dios quiere cumplir promesas y palabras en nuestras vidas y nosotros tenemos que extendernos hacia ellas, donde una vez logradas podamos seguir extendiéndonos para estar más cerca de Él en todas las áreas de nuestras vidas. Esto requiere consagrarnos a Él para que lo que hagamos sea para Dios y no para nosotros solamente.
No estás llamado o llamada a fracasar, estamos llamados a ser más que vencedores.
Dios los bendiga.
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