“Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? “ Juan 5:4-6
Muchos de nosotros en ocasiones actuamos como la multitud de enfermos que se encontraba en este estanque, necesitamos una respuesta, un milagro, tenemos una petición. Y buscamos una respuesta de Dios en lo espectacular, en las manifestaciones de Dios en público, creemos que solo después de una palabra motivadora en la iglesia y de un mover del Espíritu Santo en un culto, es el momento indicado para que el milagro ocurra. Pues la palabra acá nos muestra algo diferente, este enfermo necesitaba la respuesta a su problema, pero no fue hasta que tuvo un encuentro real con Jesucristo que vio por fin su petición contestada, Dios tiene innumerables formas de moverse y hablar a nuestras vidas, pero existe algo de lo que debemos ser conscientes Jesús está a nuestro lado, cercano, pronto a contestar nuestras peticiones, tomate el tiempo de conocerle, deléitate en El y el concederá las peticiones de tu corazón.
Dios Te Bendiga
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