Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Filipenses 2:2.
Pablo fue un hombre de Dios que vivió muchas dificultades en su
caminar. Pero cuando tuvo que lidiar con ellas, no se quejó sino que tenía una
forma sabia de enfrentarla aprendida de las escrituras. Su respuesta ante la
adversidad era el gozo de Dios.
¿Te imaginas lo que pudo estar pasando Pablo en la cárcel? privado
de libertad, sin comodidades, encarcelado por una causa justa y aún con
adversarios afuera que querían verlo derrotado. ¿Cómo podría sostenerse una
persona ante tal situación? La biblia nos enseña tanto en el Antiguo como el
Nuevo Testamento de que el gozo del Señor nos sostiene. En Nehemías 8:10 dice
que “el gozo del Señor es nuestra fortaleza” y Pablo acá se goza en sus
prisiones, porque entendía además de que Dios era glorificado de todas formas.
¿Cómo miramos
nuestras luchas y dificultades? ¿Con gozo o amargura y frustración?. ¿Damos
gracias a Dios por las pruebas y lo que vivimos o nos complicamos y dudamos de
su ayuda?
El gozo del Señor es tu fortaleza, no busques fortaleza en cosas
vanas que no te ayudarán. No hay mayor fuerza en el dinero, en una relación
emocional, en las amistades, profesiones, trabajo, etc. Solo Dios puede llenar
nuestro vacío, su gozo nos sostendrá en la adversidad.
Seamos como Cristo, que haya en nosotros su sentir de amor, gozo y
humildad para afrontar cada situación con la fortaleza que solo Dios da.
Bendiciones.
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