" Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere…No sirve más para nada. Vosotros sois la luz del mundo…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." Mateo 5:13- 16
Jesús fue muy claro: “ustedes son la sal y la luz de la tierra…”.No hay otro que pueda preservar e iluminar el mundo. Si nosotros no lo hacemos, nadie más lo hará. Por eso Jesús continua: “pero…” existe un “pero” que advierte un peligro; “Si la sal se vuelve sin sabor y la luz se esconde…”!de nada sirve¡ Frente a esta pregunta que tanta gente se hace: Si Dios existe…¿Por qué hay tanta maldad en el mundo?; la respuesta debería ser “por los pocos hijos de Dios que mantienen las propiedades de su sal y su luz en condiciones para preservar e iluminar el mundo”.
La sal resalta el sabor en las comidas y evita que algo se eche a perder. Si queda mucho tiempo en el salero, pierde poco a poco sus propiedades y luego debe ser tirada en la basura. Si nosotros no somos capaces de afectar positivamente nuestro entorno, preservando la ética y la moral en nuestra sociedad…¿de qué nos sirve ser sal?
La luz es elemental para cualquier ser viviente, gracias a la luz la gente ve y vive, gracias a la luz las plantas hacen fotosíntesis y viven. La luz también está asociada con la capacidad de razonar, de tener buenas ideas, de crear, de encontrar soluciones, de mejorar el entorno. Si nosotros no podemos tener las mejores ideas con la luz de Cristo, traer soluciones sabias y transformar nuestro entorno para bien…¿de qué nos sirve ser luz?
Pídele a Dios que te muestre el estado de tu “ser sal y luz” y de qué manera estas afectando al mundo.
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